En la mitad de una calle encontré un cajita, que al recogerla solió la imagen difusa de una persona. Me dijo: “ te concedo un deseo” Mi deseo era estar contigo, pero el hada se negó a concedérmelo.
Niña, ese hombre no te merece, te la demostrado de mil maneras y tu lo sabes más que nadie. No te niegues a ti misma y menos intentes engañar al resto del mundo. Ese hombre no es más que el causante de ese dolor que tanto te agobia, mejor pídeme que te conceda olvidarlo o una persona que de verdad te quiera.
Quede estupefacta al escuchar esas palabras. Lo único que pude hacer fue hacerle una señal con mi cara que era cierto lo que ella decía.
Por unos segundos quedamos en silencio.
Sabes hada? – interrumpí el silencio
Sé que ese hombre no me quiere, que para él no soy más que el juguete para divertirse, la mujer que siempre esta para calmar esas noches de frío. Sé que ante los ojos de su familia y amigos soy una incógnita, que es ella la que siempre va con él a las reuniones familiares, la que aparece junto a él en las revistas sociales. Yo no soy más que su lado oscuro, su lujuria.
Por ello, te pido que él sea feliz, que yo no importo. Yo aprenderé a vivir con el vació de su ausencia.
La vida es corta y tal vez mañana encuentre ese hombre que me quiera de verdad y para el cual yo sea su orgullo y no su lado oscuro, con el cual pueda decirle sin miedo te amo.
Niña, ese hombre no te merece, te la demostrado de mil maneras y tu lo sabes más que nadie. No te niegues a ti misma y menos intentes engañar al resto del mundo. Ese hombre no es más que el causante de ese dolor que tanto te agobia, mejor pídeme que te conceda olvidarlo o una persona que de verdad te quiera.
Quede estupefacta al escuchar esas palabras. Lo único que pude hacer fue hacerle una señal con mi cara que era cierto lo que ella decía.
Por unos segundos quedamos en silencio.
Sabes hada? – interrumpí el silencio
Sé que ese hombre no me quiere, que para él no soy más que el juguete para divertirse, la mujer que siempre esta para calmar esas noches de frío. Sé que ante los ojos de su familia y amigos soy una incógnita, que es ella la que siempre va con él a las reuniones familiares, la que aparece junto a él en las revistas sociales. Yo no soy más que su lado oscuro, su lujuria.
Por ello, te pido que él sea feliz, que yo no importo. Yo aprenderé a vivir con el vació de su ausencia.
La vida es corta y tal vez mañana encuentre ese hombre que me quiera de verdad y para el cual yo sea su orgullo y no su lado oscuro, con el cual pueda decirle sin miedo te amo.
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